Opinión: El hambre de ganar y la cárcel del estilo, las carencias en la derrota del Manchester City
La derrota del Manchester City por 1-0 frente al Chelsea, dejó nuevamente en entrevero las cualidades de Pep Guardiola para consolidarse como un técnico capaz de afrontar los campeonatos de llaves ‘mano a mano’ y sobre todo, las finales. A continuación haremos un análisis línea por línea y hombre por hombre de los dirigidos por el ex técnico del Barcelona.
Arquero
Ederson Moraes: Buen partido del brasileño, pese a que salió apresurado en el gol, tuvo atajadas importantes y en el primer tiempo sus pases largos fueron un arma silente. En el segundo tiempo tuvo que salir hasta la mitad de la cancha e intentar ganar terreno con su buen pie.
Defensas
Kyle Walker: Mal partido del inglés. Tanto en la faceta ofensiva como defensiva fue superado constantemente. Nunca pudo desbordar a Ben Chilwell y le vio el número todo el partido a Mason Mount. Fue uno de los que más retos se llevó de ‘Pep’.
John Stones: Pese a no tener un mal desempeño, tanto Stones como Ruben Dias tuvieron serios problemas para tomar las marcas. Cuando Kai Havertz retrocedía a buscar balones ninguno de los dos centrales supo relevarse con el volante de contención para achicar espacios. La dupla alemana de la ofensiva del Chelsea junto a Timo Werner, desorientó permanentemente a la zaga.
Ruben Dias: Al igual que Stones, le costó mucho salir de su zona de confort. Bien en el juego aéreo y en los balones al espacio, estuvo muy irrelevante en la anticipación. Con la entrada de Pulisic se vio amenazado en los contragolpes y pese a tener relativo control, nunca dieron la sensación de seguridad junto a su compañero Stones.
Oleksandr Zinchenko: Para generar igualdad numérica en el medio, Guardiola lo situó como un volante. Permanentemente cerrado hacia el centro, pareciera que nunca estuvo en los planes del equipo doblar el ataque junto a Sterling. Más preocupado de la recuperación que del desequilibrio fue irrelevante en varias facetas del juego.
Volantes
Ilkay Gundogan: Jugó como único contención y se notó incómodo. El movimiento de retraso para juntarse a los centrales no es su especialidad y cuando tuvo que salir a achicar espacios, prevaleció su ansiedad. Se desempeñó toda la temporada como volante mixto e interior y en este partido, Guardiola lo dejó solo en el medio, teniendo que anticipar a los delanteros y enfrentar a dos aduanas como Kanté y Jorginho.
Bernardo Silva: Irrelevante, intranscendente. Poca rebeldía a la hora de conducir. Acostumbrado a jugar con espacio y de frente al arco rival, el puesto como interior le incomoda cuando le reducen los espacios. Pésimo partido del portugués que no se percató que estaba jugando la primera final en la historia del club. Fernandinho lo reemplazó en el 64′.
Kevin De Bruyne: Ingrato partido para el belga. Posicionado como ‘falso 9′, el volante ya había cumplido el rol de limpiar las jugadas entre los centrales y los volantes rivales. Contra el PSG la idea funcionó, pero hoy fue absorbido por el tándem Jorginho-Kanté y los centrales del Chelsea que tuvieron un partido casi sin fallas. Además salió lesionado en el minuto 60’ por un choque en contra del alemán Rudiger.
Fernandinho: Extrañó su suplencia en la final. Entró cuando el duelo ya estaba inclinado en su desarrollo. Con un Chelsea agazapado para contragolpear, tuvo que frenar jugadas en base a faltas e intentar acelerar el juego para salir al ataque rápidamente. No pudo aportar mucho, considerando la situación en la que entró.
Delanteros
Raheem Sterling: Bajo encuentro del inglés. Abierto hacia la orilla izquierda, tuvo que preocuparse más de no ser desbordado por Reece James más que por atacarlo a él y a Azpilicueta. Este último, le ganó casi todos los duelos individuales. Antes de salir de la cancha, comenzó a encarar. En un momento tardío, ya que el Chelsea estaba bien replegado y escalonando coordinadamente las marcas. Fue reemplazado por Sergio Agüero en el 77′.
Riyad Mahrez: Sin dudas el mejor del Manchester City durante todo el partido. Quién más mostró ganas de quedarse con la copa, fue un peligro permanente por la banda derecha. No pudo desequilibrar ya que tuvo a dos marcadores veloces siempre cerca como Chilwell y Rudiger. Cuando el duelo ya estaba desordenado e improvisado, mostró actitud competitiva, incluso teniendo un remate que perfectamente pudo haber sido el empate y el posterior alargue.
Phil Foden: Comenzó como puntero, luego fue enviado al centro y después retrasado al mediocampo. Pagó caro los planes transitorios de Guardiola. Batalló y tuvo varias chances de penetrar en el área rival sin poder definir bien. Mostró actitud y se nota que es canterano del club, porque jugó el duelo como una final lo merece. Pasó desapercibido en el mediocre rendimiento de su equipo.
Gabriel Jesús: Reemplazó a Kevin De Bruyne y fue un mal cambio. Totalmente desconectado del partido, no fue la referencia de ataque que necesitaban los ‘citizens’. Se desplazó en exceso hacia la banda y buscó faltas tirándose permanentemente al suelo. Un fantasma en la final.
Sergio Agüero: Estuvo poco tiempo en cancha, entrando en el minuto 77′. Tuvo una chance en el área en la que decidió centrar un balón flotado que Mendy atrapó fácilmente. Pudo haber tomado una decisión mejor y cambiar el destino del juego. Fue mucho más relevante que Gabriel Jesús a pesar de entrar 17 minutos después. Sin estar en su mejor momento, mostró que la posibilidad de haber jugado con un ‘9’ especialista debió haber sido considerada antes por Pep Guardiola.
Sin dudas, que el Chelsea fue justo ganador de la final y demostró que Pep Guardiola tiene problemas con la solución a los problemas dentro de los partidos, cuando su libreto es anticipado por los rivales. Su estilo a veces lo apresa y en este caso, el duelo táctico con Thomas Tuchel fue perdido ampliamente. Acompañado a una fría actitud de varios jugadores, especialmente en la delantera.